Dado que las reservas de peces salvajes están disminuyendo o permanecen estáticas y la población mundial sigue creciendo, es de sobra aceptado que una parte, aún mayor, de nuestro pescado y marisco procederá de la acuicultura. Puede sonar como un mero cambio de rumbo, pero no se trata de algo tan sencillo. Para empezar, existen numerosas concepciones equivocadas en cuanto a la piscicultura y, a menudo, los consumidores se resisten al cambio.
En el congreso Aquaculture Europe 2010, celebrado este mes en Porto (Portugal), Philippe Paquotte de la división de mercados y comercio de la Comisión europea examinó este tema en una charla en la que analizaba de qué manera el pescado y marisco de piscifactoría debía adecuarse a las tendencias de los consumidores europeos.
“El mercado de la UE y sus consumidores son extremadamente complejos”, destacó.
Según Paquotte, la UE es el mayor mercado de pescado y marisco del mundo, valorado en 55.000 millones de euros. Representa el 12 por ciento del consumo mundial de pescado y marisco, pero sólo un 5 por ciento de su producción, esto la convierte, con diferencia, en la primera importadora mundial con 9 millones de toneladas métricas anuales (el doble que Estados Unidos o Japón).
“Esta situación da lugar a un inmenso y creciente mercado potencial para los productos de acuicultura, pero el sector debe identificarlos y tener en cuenta las tendencias de los consumidores para garantizar puntos de venta rentables para estos productos”, afirmó.
Paquotte explicó que, a menudo, se comete el error común de asumir que el mercado de la UE es homogéneo, cuando la realidad es muy distinta.
“En primer lugar, entre los cinco mercados más grandes —España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania— suman dos tercios del total de pescado y marisco que se consume en la UE. En segundo lugar, el consumo per cápita anual oscila entre los 4,5 kilogramos en Bulgaria y los 65 kilogramos en Portugal, con una media de 27 kilogramos”, explicó. “Los consumidores se decantan, sobre todo, por la carpa en Hungría, la lubina en Italia, la dorada en España, el salmón en Alemania y Reino Unido, el pangasio en Polonia y una combinación de todas estas especies en Francia”.
Paquotte resaltó que era muy importante cambiar la percepción de los consumidores para convencerlos de que adquieran pescado o marisco de piscifactoría y explicó que los estudios muestran diferencias significativas entre unos países y otros.
“En general, las piscifactorías tienen una imagen excelente en materia de contenido nutritivo, frescura, disponibilidad todo el año y precio, pero los piscicultores no deben olvidar que se espera que la acuicultura permita que el consumo de pescado fresco sea más asequible”, declaró Paquotte. “En algunos estados miembro, como Portugal, Grecia, Italia, Dinamarca y los Países Bajos, se consideran también menos seguros que los peces salvajes, lo cual es incluso más negativo ya que la salud es el principal motivo por el que las personas comen pescado. En Alemania y en la República Checa, donde el consumo de pescado es muy inferior a la media de la UE, los consumidores prefieren pescado de piscifactoría”.
Los mercados europeos se muestran generalmente flexibles y receptivos a la llegada de nuevas especies como el pangasio y la perca del Nilo, pero los vendedores necesitan tener en cuenta las preferencias de cada país en materia de productos frescos, congelados o con valor añadido.
“El segmento que ha crecido más rápido en la UE es el de los productos de delicatessen refrigerados, que ofrecen oportunidades para los productos con valor añadido procedentes de la acuicultura. Estos combinan comodidad y una fecha de caducidad corta, por lo que parecen productos frescos pero requieren de mayor experiencia en tecnología de envasado y procesamiento de alimentos”, afirmó Paquotte.
Advirtió de que la competencia con productos importados de países con una mano de obra más barata no debía subestimarse y sugirió que los mercados y el papel de toda la cadena de valor se tuviera en cuenta con más atención a la hora de planificar la nueva empresa de acuicultura.