El político escocés Struan Stevenson ha cambiado de opinión.
A finales del año pasado, el vicepresidente del Comité de Pesca del Parlamento Europeo lanzó un ataque contra el pangasio al tachar de “asqueroso” el río vietnamita Mekong donde se pesca y al acusar al sector de explotar a sus trabajadores “despiadadamente”.
Pero el lunes, tras aceptar la invitación de la Asociación de exportadores y productores de pescado y marisco vietnamitas (VASEP) para visitar Vietnam y observar el sector de primera mano, Stevenson retiró sus críticas describiendo esta vez el sector como “dinámico”.
“He descubierto un nuevo sector dinámico que cumple con los estándares más altos en cuanto a higiene y bienestar y que comercializa un producto de calidad en excelentes condiciones”, afirmó. “Solo las piscifactorías de pangasio más grandes y eficaces del delta del Mekong exportan a Europa. La Comisión Europea ha inspeccionado y aprobado estas instalaciones; además, son sometidas periódicamente a auditorías llevadas a cabo por los compradores de los principales supermercados como ASDA, Tesco y Carrefour. De manera que los consumidores de la UE no tienen que preocuparse por la calidad de la comida que llevan a su mesa”.
Stevenson alabó los beneficios económicos y sociales del sector del pangasio en Vietnam “para millones de personas sumidas en la pobreza en el delta del Mekong”.
También despejó todos los miedos relacionados con la idea de que las importaciones baratas de pangasio perjudicarían a los productores de la UE afirmando que: “La UE se ha beneficiado de la rápida expansión de estas piscifactorías vietnamitas exportando tanto experiencia como equipos de procesamiento y producción en piscifactoría”.
Stevenson didn’t mince words in November when he said the Mekong is “one of the most heavily polluted rivers on Earth” and is “teeming with bacteria and poisoned with industrial effluents, including arsenic, mercury and DDT.” He also accused the industry of employing “slave labor” and “drastically” undercutting European fish farmers and fishermen on price.
But Stevenson on Monday admitted that his words were “misplaced.”
Before visiting Vietnam, Struan was briefed on the country’s pangasius industry by members of the SEAT (Sustaining Ethical Aquaculture Trade) project at Stirling University’s Institute of Aquaculture in Scotland last month. A press release issued by SEAT quoted Stevenson as saying, “What I heard this morning has given me a lot of confidence. Now I’m pretty well convinced that things are being dealt with in a proper, scientific way.”
VASEP’s interaction with Stevenson may also mark a turning point for the organization, which is now being more aggressive about promoting its pangasius industry. After Stevenson’s comments in November, VASEP General Secretary Truong Dinh Hoe immediately defended the industry, emphasizing that pangasius is raised and processed under “very strict global standards.”
And at the European Seafood Exposition in Belgium early this month, VASEP, along with Vietnam’s Ministry of Industry and Trade and Vietnam’s Embassy in the EU, hosted a seminar on pangasius, heightening awareness of the product and increasing transparency of the industry.