La cadena de suministro del sector del marisco y el pescado en Francia bajo investigación

Los actores del sector del marisco y el pescado en Francia deben desprenderse del individualismo y promover la dimensión industrial a fin de satisfacer las demandas del sector del marisco y el pescado global de hoy en día, según un distribuidor francés.

Tras sopesar el enfoque artesanal tradicional del país frente al panorama industrializado dominante, Bertrand Desplat, Director Gerente de Fipeche, un procesado bretón con unos ingresos anuales de 50 millones de euros, asegura que los pescadores actuales no pueden evitar el elemento industrial.

"Es necesario que tengamos éxito a la hora de transformar un enfoque históricamente artesanal en una visión industrial, dado que la competencia global no acepta ya el camino artesanal", afirmó Desplat en una reciente conferencia en París.

Durante los últimos 20 años ha cambiado muy poco en lo que respecta a los actores de la pesca de alta mar en Francia. El mercado está representado, según los observadores, por volúmenes atracados en una multitud de puntos geográficos y diseminados a lo largo de la costa. Estos mismos productos se venden a través de subastas públicas que favorecen los volúmenes.

"Frente a este panorama, disponemos de una red de distribución superorganizada, estructurada y consolidada durante 20 años", comentó Desplat.

Dado que esta red de distribución no consigue satisfacer las demandas del mercado francés (precios competitivos, regularidad y volúmenes garantizados), se firman contratos al otro lado del canal inglés o del Atlántico, explicó Desplat.

Al enfrentarse a una competencia tan agresiva, Francia ha empezado a analizar más de cerca la cadena de suministro del marisco y el pescado. Un factor clave del debate es cómo se puede calibrar el valor añadido en la cadena a través de una cooperación más estrecha entre los interesados de los distintos sectores.

"No existe rendimiento individual sin organización colectiva", comenta Desplat.

"En otros países esto se sabe desde hace tiempo", afirma. "¿Se imagina a Noruega sin producción de salmón?".

Desplat afirma que Fipeche ha recopilado una serie de soluciones colectivas que crean el vínculo a través de una asociación de las organización productoras (OP), entre el productor y el primer comprador o su principal procesador. Gracias a la creación de este vínculo, Fipeche afirma que "garantizará el volumen, el precio y el origen de los productos".

La OP debe organizarse concienzudamente a fin de que los productos lleguen al mercado. A partir de este punto, "una estructura industrial como la nuestra" puede poner en marcha el flujo organizativo necesario a fin de asegurarse de que el consumidor reciba el producto de "la forma más eficiente", comenta Desplat.

La empresa bautizó el modelo con las vieiras y la primera asociación entre productores y el sector privado. Mientras que un exceso de vieiras en el mercado el año pasado provocó cierto dumping, Desplat señala rápidamente que esto no se repetirá con otros productores.

"En lo que respecta al modelo bretón en la bahía de St. Brieuc, que existe desde 1995, se ha adquirido el 100% de sus volúmenes. La organización que se puso en marcha nos permite ser 100% autónomos en relación con las finanzas exteriores", aclara Desplat.

Y aunque no se trate de una "panacea", la estructura ha permitido que los productores obtengan un precio de productor de 2 EUR.

"Si tuviéramos que seguir las reglas de la comunidad, el precio sería hoy de 1,70 EUR", concluye Desplat.

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