China repunta en América Latina

Los analistas comerciales en Beijing predicen un aumento repentino en las inversiones privadas chinas en América Latina en base a la enorme penetración de sus empresas energéticas estatales y financieras en la región, así como a los fuertes lazos políticos. Enormes préstamos a Ecuador, Perú, Argentina y Brasil -siendo difícil para algunos de ellos aprovechar los mercados financieros internacionales debido a la previa crisis financiera- están ayudando a asegurar el acceso chino a los mercados locales, mientras las firmas chinas buscan acuerdos de libre comercio en la región para aprovechar los mercados regionales.

Con todo ello China, que consigue la mayor parte de su harina de pescado de Chile y de Perú, está captando nuevos mercados para productos procesados y filetes de tilapia en América Latina. “Hay una tendencia creciente de la inversión privada china en América Latina”, con la influencia de inversión de gigantes bancos estatales chinos, firmas energéticas y de la construcción, según el profesor Jiang Shixue, Vicepresidente de la Asociación China de Estudios de América Latina.

Durante la primera cumbre de Ministros de pesca y de agricultura  de China, América y el Caribe, que tuvo lugar en junio en Beijing, el Viceministro de agricultura de China Niu dun (que también es el encargado de pesca) afirmó que quería duplicar el comercio agrícola Chino con América Latina para alcanzar los 40.000 millones de dólares (30.000 millones de euros) en 2015 (este comercio se multiplicó por seis en la pasada década)  incrementando el libre comercio e impulsando la inversión china en la región.

Esto puede ser especialmente significativo para Perú y Chile, que se sitúan en el ranking de proveedores chinos como los dos principales en harina de pescado, con 729.460 toneladas y 136.391 toneladas en 2011, mientras que EEUU, que ocupa el tercer lugar, actúa en muchos casos como un conducto para alguna harina de pescado de Latinoamérica con destino China.

Las exportaciones de productos del mar de China tienen tendencia a aprovechar los mercados Latinoamericanos. México importó 46.838 toneladas de tilapia de China en 2011, convirtiéndose en el segundo importador después de Estados Unidos, que importó 150.595 toneladas en el mismo año. El valor de los embarques de tilapia a Brasil mientras tanto se disparó de 13 millones de dólares (unos 9,8 millones de euros) en 2009 a 180 millones de dólares (unos 135,7 millones de euros) en  2011, convirtiéndose en un mercado mayor que Francia y Canadá ese año. Perú y México se situaron tercera y sexta, respectivamente, como fuentes de importaciones de moluscos para china en 2011, con 30.300 toneladas y 14.181 toneladas, cada una.
El Presidente chino Xi Jinping destacó en una visita reciente a la región el interés de China por América latina, que de hecho recibe más inversión de Beijing que África -aunque el último socio recibe mucha más atención mediática-.

La inversión china se ha efectuado siguiendo la política financiera estatal -sobre todo el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Importaciones y Exportaciones de China- que han inyectado más de 86.000 millones (unos 64.800 millones de euros) en préstamos a países de Latinoamérica desde 2005.

Los préstamos de China se destinan a materias primas así como a infraestructura ligada a la extracción de las mismas.

En compensación los estados Latinoamericanos, sobre todo Ecuador y Venezuela, se han convertido en mercados cada vez más importantes para el consumidor chino de productos y alimentos procesados.

EEUU se centró en el medio oriente “y cuando nos damos cuenta China era el socio comercial número 2 o 3 de muchos estados de Latinoamericanos”, explica el Dr. Kevin P Galagher, un especialista en relaciones chino-latinoamericanas de la Universidad de Boston. Tal y como explicó a Seafood Source en Beijing, Galagher opina que la inversión china en Latinoamérica aumentó en todas las categorías de recursos, incluyendo la pesca.

El poder adquisitivo de América Latina se ha impulsado por la demanda de china de productos ayudando a América Latina a navegar a través de la crisis financiera relativamente indemne.

“Estados Unidos tuvo un resfriado y Latinoamérica tuvo suerte por la explosión del comercio e inversión de China”, afirmó Gallagher, co-autor del libro The Dragon in the room: china and the Future of Latin American Industrialization.

Las empresas chinas también están esperando introducirse en otros mercados regionales -incluyendo EEUU- invirtiendo en países clave como Chile y México.

“Solo México tiene 12 con 44 países, así que si inviertes en México encontrarás la lista de normas más difíciles existentes para invertir pero los beneficios son importantes… Podrás exportar a 44 países”, afirmó Enrique Dussel Peters, economista y coordinador de estudios chino-mexicanos en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Mientras las oportunidades en América Latina son obvias, las empresas chinas están preocupadas sobre las dificultades de hacer negocios en la región, en comparación con mercados más tradicionales como Europa y Estados Unidos. Según Jian los principales obstáculos de invertir en América latina incluyen “mucho  papeleo, burocracia, sindicatos combativos y altas tasas de delincuencia”.

Dada la naturaleza de arriba abajo de sus inversores, no es sorprendente que las empresas chinas hayan luchado con la heterogénea naturaleza del sistema legal de América Latina y sus políticas  de inversión, así como con un impredecible clima político que pone a las firmas chinas nerviosas. Las empresas chinas por ejemplo, han luchado por entender la gama de acuerdos de libre comercio, afirmó Peters. “Muchas compañías han invertido erróneamente sin entender que la FTA no se aplica plenamente en determinados sectores”.

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